LA APOYATURA (Ap)
Es rítmicamente fuerte. Se produce al mismo tiempo que el resto de notas reales del acorde (provocando una disonancia fuerte). Precede a la nota real a la que resuelve por movimiento de 2ª ascendente o descendente. (Ej. 1)
La apoyatura superior es diatónica, y la inferior puede alterarse ascendentemente para acercarla a 1/2 tono de la nota de resolución (excepto la apoyatura inferior del VII). (Ej. 2 y 3)
Su duración es mayor o igual que el de la nota de resolución.
La doble apoyatura es una apoyatura ascendente y descendente (o viceversa) juntas precediendo a la nota de resolución. (Ej. 4)
Aunque no es necesario preparar la apoyatura, es más suave cuando lo está (cuando aparece desde el acorde anterior o llegando a ella por grados conjuntos). La preparación o no de la disonancia es una cuestión estilística.
Se suele evitar la duplicación de la nota de resolución, pero se permite cuando la nota de resolución se duplica por debajo de la apoyatura mínimo a distancia de 8ª. (Ej. 5)
EL RETARDO (R)
Es una nota que pertenece a un acorde, pero se mantiene sonando sobre el acorde siguiente (en el que es una nota extraña), retardando de esta manera la aparición de la nota real (nota de resolución) en el segundo acorde. (Ej. 6)
Se coloca en tiempo o parte fuerte, pero es débil rítmicamente, ya que viene preparada por la ligadura con el acorde anterior, y por tanto no se ataca a la vez que la armonía con la que es disonante (es decir, que empieza a sonar en el acorde anterior), y se diferencia así de la apoyatura preparada.
El retardo suele resolver hacia el grado inferior de la escala, pero si el retardo es una sensible o una nota cromática ascendente, podrá resolver hacia la nota superior. (Ej. 7)
Igual que en la apoyatura, evitaremos duplicar la nota de resolución, aunque sí se permite cuando la nota de resolución se duplica por debajo del retardo (una octava de distancia como mínimo). (Ej. 8)
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