Es la forma polifónica más rica y cultivada en la Edad Media y el Renacimiento.
El motete medieval (también llamado motete “gótico”) es una síntesis del conducto y del organum por el procedimiento del "tropo” (pieza litúrgica en la que se comenta o amplia literaria o musicalmente un texto preestablecido).
Características:
- Deriva del “organum melismático”, pues la voz organal tiene ahora texto propio.
- El cantus firmus también se construye según la técnica de la “cláusula” (conjunto de palabras poéticas con sentido completo y acabado).
- Contiene diferentes textos e incluso de lenguas, normalmente el latín y francés.
- El motete medieval puede tener dos, tres o cuatro voces (duplum, triplum o quadruplum, respectivamente).
- El cantus firmus se llegó a interpretar por instrumentos, como el órgano, la bombarda y otros.
Aparece a principios del siglo XIV. En estos motetes, el tenor expone una frase que se reproduce rítmicamente por las otras voces. Esto se produce mediante un conjunto de alturas de sonido (color) y de duraciones (talea), que se combinan para dar lugar a una serie de repeticiones.
El motete nació como una forma de música religiosa, pero posteriormente evolucionó hacia formas profanas, con textos amorosos y cortesanos.
Consiste en la organización de los ritmos (duraciones), que se repiten a lo largo de una melodía de tenor, en la que la serie de notas de la melodía es diferente en número. Es decir, que el conjunto de ritmos y de alturas no tienen el mismo número de integrantes.
Esta forma de organizar la melodía del tenor en color y talea también se aplicó del mismo modo a las otras voces superiores.
Grandes exponentes de esta técnica son Guillaume de Machaut y Philippe de Vitry, entre otros.
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